CINEENTENDIDO

«What kind of a B grade movie is this?»

Elvis, On the Line

La radio y los programas en vivo siempre han sido un tema fascinante. El locutor no sabe realmente quién va a llamar ni cuáles son sus problemas y tendrá que lidiar con el caso concreto sabedor de que además está al aire y tiene que cumplir con un horario, compromisos y obligaciones. No es un trabajo sencillo y menos cuando el programa toma lugar en la madrugada…

Romuald Boulanger es un director relativamente reciente en la escena y que tiene muy buenas ideas. Su apuesta es hasta cierto punto atrevida, disruptiva y algo rebelde. Parece tratar de alejarse de los tópicos y clásicos y propone frescura y una sensación cool pero le falta mucha madurez cinematográfica para conseguir plasmar al cien por ciento su visión. Me atrevo a pensar que su trabajo será interesante en el futuro pero aún debe pulir sus habilidades.

El guión -escrito por el propio Boulanger- es sumamente interesante a nivel conceptual pero la ejecución es pésima. Primero que nada, los díalogos son terribles y prestan poca credibilidad a toda la situación. Hay quien podría alegar que ese es el punto de los mismos, pero me parece que en realidad no estuvieron a la altura. El desarrollo de los personajes es interesante pero no consigue ser correcto del todo pues las reacciones a los eventos no son propias ni congruentes. Si Boulanger -panadero en francés- hubiera hecho honor a su apellido y hubiera «amasado» por más tiempo su script quizá las cosas hubieran sido mejores.

Un detalle importante, eso sí, es que Boulanger además de ser director, guionista y productor de películas y series, ha sido host de programas de radio dedicados a bromas prácticas y en general su sentido del humor es algo obscuro pero siempre divertido y es verdad que muchas de sus experiencias en cabina las logró traducir en lenguaje cinematográfico.

Mel Gibson fue uno de los grandes iconos de los años noventa pero últimamente se ha centrado en proyectos que pagan y no en cintas de calidad. Casi rompiendo la cuarta pared, su personaje en On the Line pregunta que qué clase de película B es ésta y tiene mucha razón. Su interpretación está lejos de sus grandes actuaciones y es poco creíble. Moseley, por su parte, siempre me ha parecido que es un buen tipo pero un terrible actor y esta cinta me lo confirma. El resto del cast tiene poco tiempo en pantalla y realmente no vale la pena detenerse en sus «interpretaciones».

En un thriller la música es clave pues ayuda a crear de forma sonora la intensidad y la sensación de estar al borde del asiento. Périn procura seguir con los estándares de metales y percusión pero no es nada memorable.

La fotografía es de lo poco destacable. Grabar todo en interiores es complejo pero Castro consigue aportar bastante y darle ese look oscuro propio de una oficina en la madrugada sin llegar a ser intrusivo visualmente.

Mi veredicto: Un concepto muy interesante que pudo ser mucho y se quedó a la mitad del camino. Es entretenida y vale la pena pero tiene el factor de que una vez que la viste no puedes volver a verla debido a la cantidad de plot twists que arruinan la experiencia de una segunda visualización.

Mi calificación: 5/10

Imagen de portada: https://www.imdb.com/title/tt14824590/mediaviewer/rm3933857793/?ref_=tt_ov_i