La Boulangère de Monceau (1963)

«Cookie»
Young man, La Boulangère de Monceau

Dirigida por: Éric Rohmer

Guión: Éric Rohmer

Fotografía: Bruno Barbey y Jean-Michel Meurice

Estelarizada por: Barbet Schroeder, Claudine Soubrier, Michèle Girardon.

Un joven abogado se enamora de una mujer en la calle pero no la vuelve a ver… para lidiar con su «pérdida» decide cortejar a una joven panadera. En algún punto tendrá que decidir entre una u otra. Esa es su decisión moral.

TRAILER

Los directores de la nueva ola de cine francés conocían la técnica y el deber ser pero en su espíritu rebelde decidieron no seguir con ningún canon preestablecido y hacer el cine a su manera. Esa decisión le dio a sus películas un estilo y una estética muy particular. A algunos les gusta y a otros no tanto. Rohmer fue un tipo muy virtuoso pero que esta vulgarización del cine nos privó de ver esas depuradas técnicas que vimos más al final de su carrera. No obstante lo anterior, siempre fue un director interesante con mucho comando de lo que quería plasmar en pantalla.

La historia es corta y sencilla. Un muchacho se enamora pero deja de ver a la chica que le gusta como si ella hubiera desaparecido del planeta. En su tristeza decide cortejar a otra muchacha -una panadera- pero en el momento clave en que la invita a salir, se vuelve a encontrar con la primera mujer. ¿Qué hacer? Esa es la pregunta. Arriesgar una cita segura a sabiendas de que la panadera se siente atraída por él aunque a él ella no le gusta o ir a cortejar a la otra.

Dentro de las ventajas de la nouvelle vague está que los actores no necesitaban mucha interpretación dramática o teatral sino verse lo más naturales posible. Todos los consiguen. Parecen un grupo de estudiantes cualquiera. No hay profundidad en sus interpretaciones porque su complejidad está en las decisiones del guión, no en su actuación.

Ahí vemos al abogado, ponderando qué hacer. ¿cuál es la decisión moral?

París en los años sesenta. Ahí se sitúa la historia y ahí están ubicados los personajes. La fotografía, pues, no tenía mucho en dónde fallar. La ciudad de la luz de fondo hace que todo sea más fácil de encuadrar. Todo se ve artístico, aún si esa no es la intención original.

Mi veredicto: Un short muy interesante con el que Rohmer comienza su aventura de seis cuentos morales. Vale la pena por su brevedad y para ir adentrándose tanto a la filmografía del director como a la corriente cinematográfica a la que pertenece.

Mi calificación: 7/10